Tus lomas perdieron la redondez maternal que yo recuerdo:
las piedras de la payana, la cabra dando a luz,
en aquella arquitectura de mi infancia.
Ya no suena la sirena del taller ferroviario a las dos de la tarde,
ni mi mamá llama a la mesa
para comer con mi padre.
También se ha ido la familia grande
mis amigas dejaron la casa paterna
construyeron sus vidas en otras ciudades.
Pero tu cielo azul azul ,tu sol y tus estrellas
están ahí , como entonces,
y tu río hoy salta y ríe entre las piedras
como niño jugando con la abuela…
infancia de libertad, no enclaustraba los sueños.
Hoy la casa tiene rejas.

Por Martha Graciela Fajardo
(Cruz del Eje, Córdoba, Argentina)