Mis manos arañan mi tiempo
con la angustia vieja
de un ayer glorioso
que hoy solo es pasado.

Mis ojos buscan un cielo:
celeste, límpido, único,
sin ninguna nube del mal;
tan solo una sonrisa en el rostro

que me enseña que todo sigue
y que el mundo es igual,
solo yo pierdo, solo yo cambio
y aunque sonría, solo se llora.

Es un engaño para mí misma,
es un adiós callado
que camina siempre, a mi lado
y que es el único sello

que tiene mi vida, mi tiempo,
mi análisis de olvido
que otros llaman destino
y que otros esperan en silencio.

Isabel Celia Domínguez Lozano

(General Alvear, Mendoza, Argentina)

Poeta, Presidenta de Sociedad Argentina de Escritores -SADE- Filial de General Alvear