Estuve solo y atrapado
en un tiempo que no existe.
Voy a regirme por las estaciones.
El calendario con sus cifras arbitrarias
ya no me paraliza.
Tengo este pálpito feroz
de que la vida continua en otro sitio.
No triunfará la muerte sobre lo eterno en mí. Quizá la muerte sea tan sólo un acrecentamiento. Mi único templo
es un espacio de incurables.
Vengo buscando desde mi adolescencia
de frío en frío una luz que me libere
(la salvación es por dentro)

DAMIÁN JERÓNIMO ANDREÑUK
(Villa Elisa, Buenos Aires, Argentina)