Esta inquieto mi corcel
anda moviendo las manos y
le rechinan los dientes
pañuelo rojo en sus crines
y un aliento fuerte.
Ha escuchado silencioso
la promesa a mi doncella,
después de hacer el amor
entre fardos y maderas.
Prometí:
prepararé mi corcel
la noche de luna llena
nos iremos presurosos
guiados por las estrellas
viviremos nuestro amor
contra el viento y la marea.
Mi doncella ha contestado:
mi corazón estalla
mi deseo se desborda
ámame
hasta donde más puedas.
Que el silencio nos gobierne
entre sueños y quimeras,
hasta el fin de los tiempos
porque a tu lado, mis noches
son todas de luna llena.

Por Carlos Horacio González Saavedra
(Monte Grande, Buenos Aires, Argentina)